martes, 23 de julio de 2013

LOS OLMECAS.

La cultura Olmeca es también conocida como la madre de las culturas de Mesoamérica y representa una de las más antiguas que poblaron y florecieron en el Continente Americano, especialmente en el Trópico. Existe evidencia Olmeca desde hace al menos 3,000 años.

Una de sus majestuosas obras son las cabezas colosales que representaban los retratos de quienes gobernaban los trópicos en lo que ahora son los estados de Veracruz, Tabasco, Oaxaca y Chiapas en México. La cultura Olmeca debió estar bien organizada y bien adaptada para vivir en los  trópicos. Sabemos que algunas de las cabezas colosales, de unas 40 toneladas de peso, en ocasiones tuvieron que ser transportadas cuesta arriba a distancias de hasta 60 km.

Este nombre derivaba del náhuatl OLLI y MECATL (mecate), "habitante del país del hule"; también se les conoció como TENOCELOME (la boca de tigre).
 

Se radicaron en una zona de pantanos, junto a campos de maíz y frijol.
Este pueblo realizó obras de canalización, centros ceremoniales, esculpió bajorrelieves, usaba un registro de calendario. Los olmecas se adentraron en algunos conocimientos astronómicos, estudios de planetas y ciclos del calendario, y también, en el ritual del juego de pelota. Hablaron una lengua diferente de los mayas y aztecas (no se sabe bien el origen), e instituyeron el culto al jaguar.
El jaguar ejercía especial fascinación sobre el pueblo olmeca, y era el centro del arte y la religión.
En Chalcatzingo, a unos 30 kilómetros de Las Bocas, sobre las laderas del Cerro de la Cantera se hallan esculpidos interesantes bajorrelieves. El principal de ellos representa a la Diosa de la Lluvia, es de 2,75 metros por 3,25. También hay una representación de sacrificios humanos, y una escena de jaguares a punto de lanzarse sobre humanos (Hay quienes citan como mito olmeca la unión de humanos y jaguares como el origen de su cultura).
Tlatinco era un lugar de emplazamiento de las rutas del comercio exterior. Había allí una importante necrópolis en donde se sepultaban comerciantes olmecas. En las tumbas se han encontrado numerosos objetos, algunos adornos de jade importado, otras estatuillas de perros, así como de figuras humanas sin manos y sin pies, con nalgas y muslos muy pronunciados.
También esculpieron monumentales cabezas de piedra de hasta 3 metros de altura.
Representaban seres sobrenaturales y figuras humanas. De entre las figuras humanas, la más común es la de un hombre sedente con las piernas a la manera oriental. Algunas cabezas recuerdan las de ciertos animales, como el jaguar.
En toda la región olmeca se esculpieron gigantescas cabezas, que se supone que representaban a gobernantes, soberanos o dioses y estaban realizadas en monolitos de basalto de hasta 20 toneladas de peso, que obtenían en la sierra Los Tuxtlas. Todas estas cabezas tienen un gran parecido y llevan un casco.

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