Introducción.
Al fundar la ciudad de Tenochtitlán los aztecas se
asentaron definitivamente hasta la llegada de los españoles. Habían salido de
Aztlán (lugar que desconocemos) convencidos por el dios Huitzilopochtli para
buscar un sitio nuevo. Tras un camino largo y duro llegaron al Valle de México.
Se establecieron en Chapultec, pero fueron expulsados de allí. Pidieron al
señor de Colhuacán una tierra donde ir, y él les dio Tizapán, lleno de
serpientes venenosas; pero no fue problema porque ellos se las comieron asadas.
Pasado el tiempo pidieron al señor del pueblo vecino (los culhuas) que le
entregara a su hija para casarla con el dios. La muchacha fue ofrecida en
sacrificio y cuando lo supo su padre, tuvieron que huir hacia los lagos. Esto
era ya en el año 1323. En el lago Texcoco vieron una señal del dios: un águila,
en un nopal, devorando a una serpiente; y fundaron allí la ciudad de
Tenochtitlán, que significa donde está el nopal silvestre.
Al menos esto cuenta las historias aztecas.
Generalmente llamamos aztecas a los habitantes de los
territorios conquistados por Hernán Cortés, aplicando, por tanto, ese término
no sólo a los propios aztecas sino también a los mexicas.
Economía:
Agricultura.
Los principales cultivos son: maíz, tabaco, chiles, fruta
y maguey.
Cultura:
Lengua y escritura.
Los aztecas, y tal vez ya los teotihuacanos mil años
antes, hablaban una lengua llamada náhuatl. La escritura mezclaba pictogramas,
ideogramas y signos fonéticos. En sus escritos queda reflejada su propia
historia, geografía, economía, religión...
Algunos códices han llegado hasta nuestros días. De ellos
el conocido como Códice Borbónico es anterior a la llegada de los españoles. Es
un libro-calendario con dos partes, la primera un libro de los destinos
(tonalamalt) y la segunda las fiestas de los meses (xiuhpohualli).
Cultura:
Literatura: Poesía.
Los poemas aztecas podían ser recitados o cantados al
ritmo de tambores y trompetas. Algunas veces incluían palabras que no tenían
ningún significado y que sólo servían para marcar el ritmo. Frecuentemente eran
dedicados a los dioses, pero también trataban de otros temas como la amistad,
la guerra, el amor y la vida. Algunos reyes fueron famosos poetas, como por
ejemplo Nezahualcoyotl de Texcoco (1402-1472).
Cultura:
creencias.
Según los aztecas el mundo fue creado y destruido cuatro
veces. Luego fue creado por los dioses por quinta vez. Ellos hicieron la tierra
y la separaron del cielo. Después el dios Quetzalcóatl creó los hombres y las
plantas que los alimentan. Los aztecas contaban esto así:
«Hicieron luego el fuego, y hecho, hicieron medio sol, el
cual, por no ser entero, no relumbraba mucho, sino poco. Luego hiciron a un
hombre y a una mujer: al hombre le dijeron Uxumuco y a la mujer Cipactonal. Y
mandáronles que labrasen la tierra; y a ella que hilase y tejiese. Y que de
ellos nacerían los macehuales, y que no holgasen, sino que siempre trabajasen.
Y a ella le dieron los dioses ciertos granos de maíz, para que con ellos curase
y usase de adivinanzas y hechicerías, y así lo usan hoy en día de hacer las
mujeres.»
Tenían numerosos dioses:
Coatlicue, la diosa de la tierra.
Huitzilopochtli, el dios de la guerra.
Frecuentemente aparece en la poesía Ipalnemoani (por
quien se vive), la fuerza suprema.
Cada aspecto de la vida sexual estaba asociado a un dios
diferente. Así, Xochipilli era el dios de las flores, del amor, de la
fertilidad y de las relaciones sexuales ilícitas; al igual que su esposa, la
diosa Xochiquétzal, quien, además era protectora de la prostitución (que como
se ha dicho antes, era lícita).
Por su parte, Tlazoltéotl era la diosa del placer, la
voluptuosidad, la fecundidad y la fertilidad. Ella protegía a las parturientas,
a las parteras, a los hechiceros relacionados con el mundo amoroso y a los
hombres de intensa actividad sexual.
Cada fenómeno atmosférico también era asociado a un dios:
a Tlaloc las lluvias, a Quetzalcóatl Ehecatl los vientos.
Según los aztecas sólo se vive una vez, y la vida esta
llena tanto de sufrimiento como de alegría y la única manera de perdurar tras
la muerte es alcanzar la fama, si bien la propia fama desaparece cuando los
mueren los que recuerdan al difunto.
Cultura:
Ciencia: Astronomía.
Era una de las ciencias de más tradición para los
aztecas. gracias a sus observaciones determinaron con gran precisión las
revoluciones del sol, de la luna, de venus, y, tal vez, de Marte; agruparon las
estrellas en constelaciones (que no coinciden con las nuestras); conocieron la
existencia de los cometas; la frecuencia de los eclipses de sol y de luna; y
pudieron crear un complejo calendario.
Esta observación del cielo les permitió también
desarrollar conocimientos de meteorología y así predecir las heladas o
establecer las características de los vientos dominantes.
No obstante, cada fenómeno atmosférico era asociado a un
dios: a Tlaloc las lluvias, a Quetzalcóatl Ehecatl los vientos.
Cultura:
Ciencia: Medicina.
La medicina también tuvo un gran grado de desarrollo. Con
su conocimiento de la naturaleza distinguieron propiedades curativas en
diversos minerales y plantas. Los sacrificios humanos religiosos (que incluían
la extracción del corazón y el desmembramiento del cuerpo) favorecieron un buen
conocimiento de anatomía.
Sabían curar fracturas, mordeduras de serpientes.
Posiblemente hubo "odontólogos" encargados de realizar deformaciones
dentales.
Aunque la medicina era practicada por hombres y mujeres,
parece ser que sólo las mujeres podrían encargarse de ayudar en los partos. La
medicina estuvo muy ligada a la magia, pero el hecho de no atribuir la causa
científicamente correcta a cada enfermedad no significó que no se aplicase el
remedio conveniente.
Cultura:
Arte: Orfebrería.
Gracias a sus conocimientos de física los orfebres
pudieron emplear varias técnicas en su trabajo (como la de la cera perdida),
fundir oro con la plata, etc. Elaboraban todo tipo de figuras y adornos
pulseras, collares, pectorales, pendientes, etc. Frecuentemente el metal se
combinaba con piedras preciosas (turquesa, amatista, jade, cristal de roca) o
con conchas.
Se construyeron pirámides escalonadas en Cholula,
Xochicalco y Teotihuacán.
Cultura:
Arte: Escultura.
Los aztecas fueron hábiles escultores. Realizaban
esculturas de todos los tamaños, diminutas y colosales, en ellas plasmaban
temas religiosos o de la naturaleza. Captaban la esencia de lo que querían
representar y luego realizaban sus obras con todo detalle.
En las esculturas de gran tamaño solían representar
dioses y reyes. Las de pequeño tamaño se reservaban para la representación de
animales y objetos comunes. Se usó la piedra y la madera y, en ocasiones se
enriquecían con pintura de colores o incrustaciones de piedras preciosas.
Cultura:
Arte: Pintura.
El color es fundamental en la pintura. Se trata de un
color plano, sin matices ni sombras y, posiblemente con connotaciones
simbólicas. Aparece ligada a la arquitectura, decorando los edificios.
Los adornos hechos con plumas tuvieron gran importancia
en América Central. Las plumas más apreciadas eran las del quetzal (verdes) las
del tlauquecholli (rojas) y las del xiuhtototl (azul turquesa). Con ellas
hacían tapices y adornaban mantas, máscaras rituales, escudos o trajes de
guerreros.
Leyes.
Las leyes eran muy severas. Como en otras culturas lapidación,
los castigos eran diferentes según fuera el delito y el rango de quien lo
cometía. Generalmente el castigo era más duro si quien había cometido el delito
era un funcionario o noble importante.
Existía la pena de muerte para los delitos de asesinato,
traición, aborto, incesto, violación, robo con fractura y adulterio. En este último
caso se procedía a la lapidación aunque la mujer era estrangulada previamente.
Los guerreros podían escapar de la pena de muerte aceptando un destino
permanente en zona fronteriza.
La embriaguez era considerada delito. Sólo era permitida,
en algunas circunstancias, para los ancianos y los guerreros profesionales. El
castigo podía ser la muerte o el rapado de cabeza (si era la primera vez que
alguien no importante cometía esta falta).
Sociedad.
El emperador azteca poseía un poder ilimitado, que
abarcaba todas las cosas y todas las personas. Junto a él, los guerreros y
sacerdotes formaban el grupo social de mayor poder. Los guerreros eran el
principal apoyo del emperador y permitió la creación de un imperio muy poderoso
pero aislado políticamente.
Apenas había grupos sociales intermedios. Si acaso, los
comerciantes enriquecidos de la capital, que conseguían ascender intercambiando
sus riquezas por prestigio en las fiestas que organizaban y ofreciendo alguno
de sus esclavos como víctima de un sacrificio ritual (cosa poco frecuente por
ser muy costosa).
La mayor parte de la población eran artesanos,
agricultores, servidores públicos, etc., que se organizaban en grupos de
parentesco llamados calpulli.
También había esclavos que se usaban para el trabajo agrícola,
el transporte, el comercio o el servicio doméstico. Algunos lo eran
temporalmente, hasta que pagaran una deuda o una condena. Otros eran
prisioneros de guerra que podían ser sacrificados a Huitzilopochtli.
Vida
cotidiana. Educación.
La educación era obligatoria. Las chicas eran educadas
por sus madres en casa para realizar las tareas del hogar. Sólo las nobles
podían ir a aprender a una especie de monasterio donde vivían hasta el momento
del matrimonio. Para los chicos había dos tipos de escuelas: el telpochcalli y
el calmecac. En el primero se estudiaba en la escuela pero se iba a dormir a
casa; el segundo era un internado prácticamente reservado a los nobles.
La enseñanza de la religión era muy importante, pero
también se aprendía escritura, lectura, historia y música.
Vida
cotidiana. Sexualidad.
Sólo había dos formas de relaciones sexuales permitidas:
las que tenían lugar dentro del matrimonio; y las de guerreros solteros con
sacerdotisas dedicadas a la prostitución ritual. Estas últimas estaban
protegidas por la diosa Xochiquétzal, se presentaban adornadas y maquilladas y
proporcionaban al hombre alucinógenos y afrodisiacos que estimulasen su apetito
sexual. Siempre mantenían este tipo de relaciones antes de que los guerreros
partiesen a la batalla. El adulterio, sin embargo era severamente castigado.
Cada aspecto de la vida sexual estaba asociado a un dios
diferente. Así, Xochipilli era el dios de las flores, del amor, de la
fertilidad y de las relaciones sexuales ilícitas; al igual que su esposa, la
diosa Xochiquétzal, quien, además era protectora de la prostitución (que como
se ha dicho antes, era lícita). Por su parte, Tlazoltéotl era la diosa del
placer, la voluptuosidad, la fecundidad y la fertilidad. Ella protegía a las
parturientas, a las parteras, a los hechiceros relacionados con el mundo
amoroso y a los hombres de intensa actividad sexual.
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